Tamaño mediano/grande, nacida en 2016.

Llegó a nosotros después de que su humano con quien había estado desde cachorrita falleciera, terminando en el albergue. No quería comer ni beber debido a su tristeza.

Así que nos la trajimos con la familia ADA, y después de pasar un tiempo largo recibiendo los mimos de todos nuestros voluntarios, ahora vive en una casa de acogida a la espera de encontrar su familia definitiva.

Es una perra cariñosa que adora las largas caminatas, pero no le gustan mucho otros perros. Parece un poco arisca cuando la conoces pero después de un poco de tiempo la tienes panza arriba pidiendo mimos. Su comportamiento en casa es más que genial.

¿Quieres acariciar la barriguita de Rosi?

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Salud

Sana, con vacunas y desparasitación al día, esterilizada y con chip.

Sociable con...

Perros y niños, aunque mejor en la calle.

Prefiere un hogar...

Sin otros perros, se lleva mejor con los humanos.